Tres tipos de papas genéticamente modificadas por una empresa en Estados Unidos para resistir al hongo del tizón tardío, el patógeno que causó la gran hambruna irlandesa, fueron declaradas como seguras para el ambiente y consumo humano, dijeron ayer jueves funcionarios canadienses.
La aprobación de Health Canada y la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos significa que las papas GM de la empresa J.R. Simplot Co. pueden ser importadas, plantadas y vendidas en Canadá.
La compañía dijo que recibió cartas de aprobación de Health Canada y la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos en los últimos días. La portavoz de Health Canadá, Renelle Briand, confirmó las aprobaciones a The Associated Press el jueves.
«No tenemos objeciones a la venta de alimentos derivados de las papas de J.R. Simplot Company para consumo humano», dijo Karen McIntyre, directora general de Health Canadá, en una carta enviada el 28 de julio a la compañía.
Oficiales canadienses en otras dos cartas enviadas el lunes aprobaron la liberación ambiental para la siembra de las papas GM y su uso en alimentación de ganado. Normalmente las papas que no se consideran de calidad superior se derivan para alimentar al ganado.
Las tres variedades de papa (Russet Burbank, Ranger Russet y el Atlantic) fueron aprobadas para comercialización por agencias reguladoras de Estados unidos en febrero.
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La aprobación por Canadá significa que las dos naciones pueden importar y exportar entre sí las papas que contienen un gen para resistencia al tizón tardío, hongo que causó la gran hambruna irlandesa en el siglo XIX cuando diezmo por completo los campos de papa, principal alimentos de la población irlandesa en aquella época.
La empresa dijo que las papas contienen sólo genes de papas y que la resistencia al tizón tardío proviene de una variedad de papa argentina que produjo naturalmente una defensa.
El portavoz de J.R. Simplot, Doug Cole, dijo que la compañía ha estado haciendo ensayos experimentales de campo en tres provincias canadienses: Manitoba, Ontario e Isla del Príncipe Eduardo.
Ensayo de campo: Se observa como las hileras de papa convencional (no modificadas) son totalmente susceptibles al tizón tardío, mientras que la papa Innate de segunda generación presenta buena resistencia. | Imagen: http://goo.gl/OH4yZd
Los agricultores de la Isla del Príncipe Eduardo han crecido con éxito las patatas Russet Burbank, afirmó Cole, pero el clima húmedo hace que el tizón tardío sea un problema. Una papa con resistencia al tizón tardío podría ayudar.
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«Hay un gran interés de los agricultores para conseguir esta papa con el rasgo para que puedan rociar menos [fungicidas] y tener una cosecha de mejor calidad», dijo Cole.
No hay evidencia de que los organismos genéticamente modificados, conocidos como OGMs o transgénicos, sean inseguros para comer, pero cambiar el código genético de los alimentos presenta un problema ético para algunos.
Funcionarios de Simplot dijeron que las papas también han sido modificadas para reducir los machucones y manchas negras, mejora de la capacidad de almacenamiento y una menor cantidad de acrilamida – un carcinógeno potencial que se crea inevitablemente cuando las papas convencionales se cocinan a alta temperatura.
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Las papas se consideran el cuarto alimento básico en el mundo después del maíz, el arroz y el trigo. El tizón tardío, que descompuso cultivos enteros y provocó la muerte de alrededor de un millón de irlandeses en la década de 1840, sigue siendo un problema importante para los productores de papa a nivel global, especialmente en las regiones más húmedas.
Los fungicidas se han utilizado durante décadas para prevenir la plaga. Simplot afirma que las papas genéticamente modificadas reducen el uso de fungicida a la mitad, lo cual implica tanto un ahorro económico para el agricultor, menor impacto ambiental, y reducción del riesgo de intoxicación por mal uso de fitosanitarios.
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Las aprobaciones más recientes de Canadá y Estados Unidos se aplican a la segunda generación de “papas Innate” de Simplot. La primera generación no incluía la protección contra el tizón tardío o el almacenamiento en frío mejorado. La compañía dijo que las papas tienen el mismo sabor, textura y cualidades nutricionales que las papas convencionales.
La producción de la primera generación de papas comenzó con 400 acres (162 hectáreas) en 2015, saltó a 1.000 acres (405 hectáreas) en 2016 y a 6.000 acres (2.428 hectáreas) este año.
Esas papas ya están disponibles en 40 estados y 4.000 supermercados, dijo Cole, con cerca de 27.2 millones de kilogramos vendidos.
«Estamos satisfechos con las ventas en los Estados Unidos y esperamos que continúen», dijo.