Expertos de la NASA y del Centro Internacional de la Papa de Lima recrearon las condiciones extremas del planeta rojo para producir el tubérculo. El experimento también podría ayudar proporcionar una fuente de alimento sostenible a las comunidades afectadas (o que serán afectadas) por el cambio climático.
Al parecer Mark Watney, el astronauta que protagoniza la película «El Marciano» interpretado por Matt Damon, no se equivocaba. Las papas efectivamente pueden crecer en Marte.
Así lo demostró un grupo de científicos de la NASA y el Centro Internacional de la Papa (Lima), quienes recrearon las condiciones extremas del planeta rojo y realizaron un experimento de cultivo del tubérculo obteniendo sorprendentes resultados.
En primer lugar, seleccionaron 65 variedades de papas que podían enfrentarse a un gran estrés por aridez. Luego extrajeron la tierra del desierto de La Joya, en el sur de Perú.
«Son los suelos más parecidos a los de Marte encontrados en la Tierra», explica el ingeniero del ARC, Chris McKay en un comunicado. La similitud se encuentra particularmente en la salinidad de estos suelos. «Tienen 20 veces más concentración de sales, en especial sodio y boro», explica también Walter Amorós, científico del CIP.
Para llevar a cabo el experimento, los científicos crearon un CubeSat, un contenedor con el suelo extraído del desierto. Dentro del recipiente sellado, se suministró agua rica en nutrientes, se controló la temperatura simulando la de Marte y también se imitó la presión de aire, oxígeno y niveles de dióxido de carbono.
Para ver cómo evolucionaba el experimento, pusieron sensores que monitorearon constantemente el estado del cultivo además de cámaras de transmisión en vivo que registraron el momento cúlmine del proceso: el brote de la papa.
Sin embargo, la papa fue la única planta básica para los humanos que sobrevivió a las exigentes condiciones de la tierra recogida. Alimentos como la quinoa, frijoles, trigo, no lo lograron.
«Ahora tenemos que investigar cómo logramos una producción mayor y más estable», comenta el experto del CIP, que recuerda que se trata de una fase muy preliminar del proyecto.
En una segunda fase del proyecto, los investigadores pretenden analizar cómo lidian las distintas variedades papas con otros obstáculos presentes en el suelo de Marte, por ejemplo, compuestos oxidantes como los percloratos. De esta forma, determinarán cuáles resisten mejor a ambientes hostiles.
La investigación tiene implicaciones más allá de vuelos espaciales extensos o colonizar un nuevo planeta, ya que también podría proporcionar una fuente de alimento sostenible a las comunidades afectadas (o que serán afectadas) por el cambio climático.