Los expertos de varios países reunidos en el Congreso Internacional sobre Pobreza y Hambre organizado por la Universidad Católica de Valencia, que ha concluido este sábado, han concluido que los transgénicos no afectan a la salud (nadie ha demostrado lo contrario, según han puesto de manfiesto) y defienden su uso para combatir el hambre en el mundo.
Según consta en el documento de conclusiones finales, hecho público por la universidad, se defiende que «no existe evidencia científica de efectos negativos para el ser humano en los alimentos transgénicos».
Asimismo, se insiste en que «119 premios Nobel, de momento, apoyan una campaña internacional a favor de los alimentos transgénicos como solución al problema del hambre en el mundo, sin perjuicio para otras formas de agricultura como la tradicional o la ecológica». Entre otras cuestiones, se advierte que: «somos responsables de nuestro hábitat y tenemos que cuidarlo, partiendo del hombre, de su pobreza y de su consecuencia, el hambre».
«El nuevo planteamiento de un eco-ambiente integral supone actuar contra la pobreza y el hambre, ya que desarrolla, desde una indiferencia global, nuevas formas de esclavitud humana como la explotación laboral, la prostitución forzada o la venta de órganos», añaden.
«La naturaleza utiliza la recombinación celular para la búsqueda propia de soluciones que mejoren a todos los seres vivos. En el caso concreto del hombre, este emplea además su capacidad investigadora para mejorar las condiciones de su vida», según consta en el documento de conclusiones.
En este sentido, se expone que «la agricultura de precisión es una forma de cultivo controlada que permite incorporar el proceso de replicación celular guiado por la inteligencia humana, mediante el cual se mejoran los cultivos, se les incorporan propiedades nutricionales antes inexistentes a los alimentos y se mejora cuantitativa y cualitativamente la producción de alimentos».