Los primeros ensayos de investigación en campo con maíz modificado genéticamente (GM) se comenzaron el 5 de octubre de 2016 en la región de Dodoma de Tanzania, una zona semi-árida en la parte central del país. El ensayo de campo confinado tiene como objetivo demostrar la eficacia y seguridad de un híbrido de maíz transgénico tolerante a sequía, el cual fue desarrollado por el proyecto internacional “Maíz eficiente en el uso de agua para África” (WEMA). El Dr. Alois Kullaya, coordinador nacional para el proyecto WEMA en Tanzania, dijo que los investigadores están contentos de que ahora son capaces de llevar a cabo ensayos de campo confinados, y “producir resultados tangibles para que la gente vea, al igual que ilustran cómo el maíz transgénico beneficiará a los agricultores.» Sin embargo, él declaró que el maíz transgénico tomaría al menos tres años para establecer su valor.
El progreso de Tanzania se produce un año después de que el país revisó una estricta cláusula de responsabilidad de Gestión Ambiental en el Reglamento de Bioseguridad. La cláusula restrictiva declaraba que los científicos, donantes y socios que financian la investigación serían responsables en caso de cualquier daño que pueda ocurrir durante o después de la investigación con cultivos transgénicos. Tales sucesos en Tanzania ofrecen esperanza para las perspectivas de la tecnología en todo el continente. Esto es fundamental porque África ha sido devastada por sequías frecuentes en los últimos años, lo que conlleva a graves reducciones de las cosechas y al hambre en más de 300 millones de africanos que dependen del maíz como su principal fuente de alimento.
En virtud de un acuerdo de liberación de patentes y regalías, las empresas de semillas en Tanzania, Kenia, Sudáfrica y Uganda ya están cultivando y vendiendo DroughtTEGO ™, un híbrido de maíz tolerante a la sequía desarrollado por el proyecto WEMA ajustado a las condiciones locales.