El uso de canola transgénica tolerante a herbicida ha reportado beneficios económicos y ambientales en los países que la han adoptado ampliamente, como es el caso de Canadá. Un nuevo estudio de la Universidad de Saskatchewan muestra los efectos negativos a nivel económico y de impacto ambiental tras la prohibición de 4 años de esta canola en Australia.
Canadá aprobó la comercialización de canola transgénica tolerante a herbicida (TH) en 1995 y después de 2 años de multiplicación de semillas, los agricultores comenzaron a sembrar esta canola en 1997. Para el año 2004, el 75% de los productores de canola en Canadá sembraban la canola transgénica TH. Después de una década de producción de canola transgénica el Dr. Smyth, profesor del Departamento de Agricultura y Recursos Económicos de la Universidad de Saskatchewan, inspeccionó las granjas y encuesto a los agricultores, encontrando lo siguiente:
- El ingreso de los agricultores de canola aumentó en $350-400 millones de dólares al año.
- El impacto ambiental de los fitosanitarios aplicados a la canola se redujo en un 53% si se compara con los fitosanitarios que se utilizaban anteriormente en la canola convencional.
- El volumen de fitosanitarios e insumos aplicados a la canola se redujo en 3 millones de kilogramo por año.
- 1 millón de toneladas de carbono fue secuestrado (y no liberado al ambiente) ya sea por el suelo o por no uso de labranza.
Australia aprobó la comercialización de canola transgénica TH en 2003. Sin embargo, en 2004 se aplicó una moratoria en el país para impedir la siembra de este cultivo. No fue hasta 2008, cuando los principales estados productores de canola, Nueva Gales del Sur y Victoria, levantaron la moratoria, seguido por Australia Occidental en 2010.
Recientemente uno de los estudiantes graduados de Smyth, Scott Biden, examinó los costos económicos y ambientales de la moratoria de canola transgénica en Australia. El estudio estimó lo que hubiese significado el nivel de adopción de la canola después de una década de producción (2004-2014) si la moratoria no hubiese sido implementada. El retardo de la adopción de la producción de canola transgénica ha dado como resultado en forma acumulativa:
- La aplicación de un adicional de 6,5 millones de kilos de fitosanitarios.
- Se hicieron 7 millones de pases adicionales de labranza sobre el terreno, lo que requirió 8,7 millones de litros de diesel.
- 24 millones de kg de gases de efecto invernadero fueron liberados al ambiente.
- El impacto ambiental de los fitosanitarios adicionales aplicados fue un 14% más alto.
- Los agricultores australianos perdieron la oportunidad de aumentar sus ingresos agrícolas por $485 millones de dólares.
Costo de la moratoria
Retrasar la adopción de canola transgénica ha dado lugar a la continuación de otras prácticas agrícolas que tienen impactos ambientales más altos que los de la producción de cultivos biotecnológicos, debido al uso más frecuente de la labranza para controlar las malas hierbas y la aplicación de productos químicos con altos niveles de toxicidad, tales como triazina. Este estudio ha demostrado que esta forma de cultivo, con altas tasas de labranza y toxicidad química, es menos sostenible con el medio ambiente que la producción resultante de los cultivos transgénicos.
La agricultura tiene un impacto ambiental, no hay debate acerca de eso. Las prácticas agrícolas sostenibles son esenciales para alimentar a la creciente población mundial, y este estudio es parte de la primera investigación disponible que cuantifica el impacto ambiental de la no adopción de variedades de cultivos transgénicos. Los cultivos transgénicos no serán apropiados para todos los agricultores de todas las regiones, pero donde su uso es posible, los beneficios ambientales de la adopción de un cultivo transgénico son claros según esta nueva investigación. Sobre la base de este estudio, las barreras regulatorias contra la adopción de cultivos transgénicos deben ser reevaluadas y su eliminación considerada fuertemente.