Como publicamos anteriormente en nuestro artículo “¿Pueden coexistir los cultivos transgénicos con los convencionales y orgánicos?”, existe una amplia y vasta experiencia internacional en la coexistencia de cultivos transgénicos, convencionales y orgánicos de una misma especie. De hecho, los 5 países que son grandes productores de cultivos transgénicos son a su vez los 5 mayores productores de cultivos orgánicos (Australia, Argentina, Estados Unidos, China y España).
En el caso del maíz, está documentado que con una distancia de 10 metros de separación el riesgo de polinización cruzada es de apenas 0,9% y con 50 metros se reduce a 0,5% – normalmente se exigen 200 metros de separación. La experiencia internacional de larga data también incluye la coexistencia exitosa de maíz GM y no-GM, e incluso hay estudios que demuestran que esta coexistencia puede darse sin problemas en México, el centro de origen de este cultivo.
A pesar de la seguridad demostrada y los beneficios ambientales de los cultivos transgénicos, estos no están permitidos para uso en las granjas orgánicas, por lo cual los productores orgánicos manifiestan preocupación por una eventual “presencia accidental” de maíz GM (que puedan sembrar los agricultores vecinos) en variedades no transgénicas, lo que resultaría en una pérdida de valor de mercado para los agricultores orgánicos.
Dentro de este contexto, el “Southern Sustainable Agriculture Research & Education” (SSARE) ha financiado un proyecto de 3 años, dirigido por Dennis West, profesor del Departamento de Ciencias Vegetales de la Universidad de Tennessee, en el cual se cruzaron de líneas de maíz blanco y amarillo con germoplasma que contiene un gen inhibidor de polinización cruzada. Desarrollaron seis variedades de maíces híbridos (por cruce convencional) que pueden disminuir potencialmente el riesgo de polinización cruzada con maíz transgénico.
El fitomejoramiento de maíz se ha estudiado en la Universidad de Tennessee durante 90 años, y se han desarrollado muchas líneas parentales de maíz. En el proyecto SSARE se cruzaron líneas elite de maíz con líneas de maíz obtenidas del Sistema Nacional de Germoplasma de Plantas (NPGS) que poseen un gen de esterilidad para cruce, Ga1s, que impide la fecundación por el polen de variedades de maíz que no porten el alelo.
«Todos los híbridos de maíz híbrido de campo comercializados en los EE.UU. llevan la forma recesiva del alelo, que está inactivo en el pelo de plantas de maíz con el gen Ga1s» explica West. «Queríamos introducir la forma dominante del gen en maíces híbridos blancos y amarillos de uso público con la idea de que el grano producido en los híbridos Ga1s será el resultado de la polinización de plantas que tienen el gen Ga1s [dominante], y el grano de estos maíces híbridos con el gen Ga1s crecidos en campos con maíz híbrido sin el gen Gas1s [dominante] estarán libre de polinización cruzada».
La coexistencia de cultivos GM y no-GM continuará siendo exitosa, siempre y cuando los agricultores con diferentes preferencias también sigan siendo flexibles, se coordinen en conjunto, y exhiban el respeto mutuo de las prácticas y necesidades de los demás. Este nuevo desarrollo de maíces híbridos podría ser una herramienta que apoye tal objetivo.