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Científicos italianos son culpables de falsificar estudios sobre daños por consumo de transgénicos

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La decisión del rector de la Universidad de Nápoles Federico II fue tomada después de una investigación del equipo de científicos coordinado por el Dr. Infascelli del Departamento de Veterinaria. Las acusaciones de falsificación de estudios sobre eventuales daños por consumo de cultivos transgénicos fueron confirmadas, afectando a todos los autores con una advertencia formal que tendrá un impacto en sus carreras.

A poco más de dos meses de investigaciones internas, las sanciones fueron oficialmente comunicadas a los afectados en las últimas horas: no tendrán ninguna autonomía en sus publicaciones de aquí a los próximos años, con la obligación de supervisar la labor del Director del Departamento y las apelaciones formales para operar “con el máximo respeto de las normas en la integridad de la investigación”. Se violó la integridad, según el jurado de la Universidad Federico II, en tres artículos publicados en revistas científicas internacionales por un grupo de investigación cuyo coordinador es el Dr. Federico Infascelli, profesor de nutrición y alimentación del Departamento de Veterinaria. El profesor Infascelli, sobre la base de los estudios cuestionados, se refirió a peligros de los piensos animales derivados de OGMs durante una audiencia en el Senado de Italia – en julio de 2015.

Sus palabras llamaron la atención de la científica y senadora vitalicia Elena Cattaneo, quien después de examinar los estudios de Infascelli, y posteriormente haber reportado en vano algunas inconsistencias, se dirigió a la Universidad Federico II denunciando la eventual manipulación de la investigación en cuestión, haciendo énfasis en el daño causado a los intereses del país y de la ciencia italiana. Tras conocer los hechos, el rector Gaetano Manfredi nombró una comisión de investigación presidida por el jurista Lucio De Giovanni (director del Departamento de Derecho), al profesor de Genética Médica Vincenzo Nigro y al director de investigación del Instituto de Genética y Biofísica del Concejo Nacional de Investigación (CNR) Pasquale Verde.

El jurado tras haber puesto bajo escrutinio los tres artículos en cuestión y las imágenes de las publicaciones, ha «rechazado» el trabajo del grupo de investigación, y habla de «infracciones muy graves«, de manipulaciones de las imágenes, y de la «voluntad para fabricar un resultado experimental no existente«. Las acusaciones también se confirmaron después de leer las respuestas presentadas por Infascelli y su grupo.

Escribieron muchas páginas para defenderse, pero el comité mantiene su posición. Y el rector, previa consulta al Senado Académico, ha decidido que las sanciones no podían ir solo al coordinador del grupo o de los llamados «autores correspondientes » de los artículos en la revista (los científicos que proponen la publicación del documento y se encargan de las relaciones con el revista científica), sino que debe llegar a todos.

Se trata de todos los once autores de la investigación manipulada, un gran grupo de investigadores y profesores del Departamento de Veterinaria (tres co-firmantes de los artículos están fuera de la universidad de Nápoles). Además del profesor Infascelli, se incluyen los investigadores Vincenzo Mastellone, Fulvia Bovera, Giovanni Piccolo y Maria Elena; los profesores asociados Mónica Isabella Cutrignelli, Nicola Mirabella y Serena Calabro; el profesor titulares Luigi Avallone; y sobre todo, la investigadora Raffaella Tudisco y el profesor asociado Pietro Lombardi, como autores correspondientes.

Para todos ellos hay una advertencia formal que permanece de por vida en su archivo personal y socava su carrera. Un recordatorio sobre «la voluntad de fabricar un resultado experimental inexistente» y «violaciones que son muy poco probable de haber sido el resultado de un error.» Y para los dos científicos considerados como principales responsables de las manipulaciones, Tudisco y Lombardi, la prohibición de publicar bajo el nombre de la universidad en los próximos dos años, sin haber obtenido previamente el visto bueno de sus superiores o del Director de departamento. Cada una de sus investigaciones serán supervisadas ​​y controladas, y cada resultado, cada imagen, cada palabra o detalle del estudio, estará a cargo del jefe del departamento para su revisión. Cualquier investigación que no vaya de acuerdo a este protocolo, que no se someta a este filtro, no podrá hacer uso de los fondos o las instalaciones de la universidad, y no será capaz de usar el prestigio del nombre de la Universidad Federico II.

Mientras tanto, y esto pesa tal vez más que las sanciones de la universidad, la reputación de los investigadores en cuestión se verá gravemente afectada: las revistas que habían acogido la investigación no sólo exigieron la retracción oficial, sino que afirmaron no estar satisfechas con las respuestas a las dudas por los investigadores. Y la historia ha terminado en la prensa internacional, en la revista Nature, y en Retraction Watch, una especie de catálogo de retracciones científicas, un «índice» que los responsables de las revistas inexorablemente consultan antes de dar el visto bueno a una publicación.

 

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