El bioquímico y biofísico de la India, Venkatraman Ramakrishnan, fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 2009 junto con Thomas A. Steitz y Ada Yonath por el estudio de la estructura y función del ribosoma. Desde 2015 es Presidente de The Royal Society, la comunidad de científicos más importante del mundo y la academia científica con existencia continua más antigua. En una entrevista para SoledadDurazno.com con motivo de su vista a España este pasado mes de enero, el experto analizaba la realidad de la biotecnología agraria y alimentaria, su percepción y su papel ante los retos presentes y futuros.
El Premio Nobel reconoce que existe una brecha entre científicos y ciudadanos que requiere un compromiso mayor por parte de los primeros para informar a la sociedad y desmontar mitos que no tienen base científica. “Los científicos se tienen que involucrar más con los ciudadanos. El problema con los alimentos modificados genéticamente es que la ciudadanía no es consciente de que durante siglos hemos estado haciendo modificación genética, aunque de manera muy aleatoria: cruzando diferentes cepas o, desde hace muchos años, con mutagénesis [generación de mutaciones] en cultivos y la posterior selección de los rasgos más apreciados. En realidad, las tecnologías modernas son mucho más específicas y dirigidas. Te enfocas en un gen y sabes exactamente lo que estás haciendo. Así que de alguna manera podríamos pensar que así hay más control que de la forma tradicional. Creo que cuando la gente no entiende muy bien una tecnología, surge la preocupación.”
“Como transgénicos y no pasa nada”, reconoce el científico, que señala que “para alguien como yo, que ha crecido en India, este rechazo (social hacia la biotecnología agraria) se ve como una cosa de gente que nunca ha pasado hambre. Le dicen a los países pobres: seguid con hambre. Este tipo de objeciones son un lujo, porque los que las tienen saben que hay mucha comida en Europa y no les importa”. Y recalca que los alimentos transgénicos pueden marcar la diferencia para los países que pasan hambre con cultivos GM “adaptados a la sequía o con más nutrientes en un cultivo, como el arroz dorado, en el que se introducen precursores de la vitamina A y puede ayudar a prevenir la ceguera infantil.”
En esta línea resalta lo importante que es garantizar la seguridad al hablar de biotecnología agraria y alimentaria. “Y, por supuesto, como con cada nueva tecnología, tenemos que estar seguros de que establecemos normas de seguridad adecuadas. Yo no sostengo que se permita hacer todo lo que sea posible hacerse. Tienen que existir reglas generales adecuadas, como con las nuevas medicinas. Con cada nueva tecnología tenemos que poner en la balanza la seguridad y los beneficios.”
Entrevista completa: http://www.soledaddurazo.com/vernoticias.php?artids=11095&categoria=1