Antes de poder comercializar un transgénico, éste ha tenido que pasar miles de pruebas en laboratorio y en campo. Cada vez que se pide un permiso para hacerlo en condiciones de campo, casi siempre hay la oposición de un grupo ecologista y cuando se logra, el cultivo acaba destruido (aunque no sea de OGM). Un reciente trabajo publicado en Scientific Reports, ilustra perfectamente por qué son necesarios los experimentos en campo y cómo el argumento del “no a todo”, es un error. ¿Cómo vas a comprobar el peligro de algo si no te dejan probarlo?
El cultivo del trigo; uno de los principales cereales alimentarios, sufre un grave problema por las plagas de pulgones. Los pulgones causan importantes daños al trigo, provocando una caída de la producción y en muchos casos la destrucción del cultivo, con el consecuente perjuicio provocado para los agricultores.
Para solucionar este tipo de problemas, los agricultores normalmente emplean cantidades inmensas de fitosanitarios con el objetivo de proteger los cultivos. El problema de los fitosanitarios, es que contaminan los suelos e igualmente afectan al rendimiento vegetal.
Para solucionar este gran problema, un grupo de investigación del Rothamsted Research; uno de los mayores grupos de investigación en transgénicos de Reino Unido, desarrolló un trigo transgénico cuyo objetivo era producir una feromona sexual que afectara a un tipo de pulgones en concreto. El sistema era ideal: 1) Únicamente afectaría a un organismo determinado y 2) No mataría al pulgón.
Las pruebas no estuvieron exentas de problemas, ya que en 2012 cuando se autorizaron los cultivos, diferentes colectivos antitransgénicos decidieron destruir los cultivos experimentales. Por desgracia, es lo normal en buena parte de los grupos antitransgénicos (Alemania, Australia o España).
Para solucionar esto y poder hacer el experimento, los investigadores tuvieron que incrementar las condiciones de seguridad tanto para otros organismos animales y vegetales (lo que en teoría denunciaban los ecologistas) como para “defenderse” de los propios ecologistas. Como consecuencia de esto, el coste del experimento se incrementó en 2.238.439 libras (el coste inicial eran 732.000 libras).
Una vez realizadas las mejoras de seguridad, se pudo comenzar la fase experimental.
El sistema propuesto por los investigadores es relativamente sencillo. Hacer que el trigo fuera capaz de producir una feromona ((E)-β-farneseno) presente en otras plantas como la menta (Mentha piperita); de donde se extrajo y se pasó al trigo, cuya función es repeler al pulgón porque en ningún momento estamos hablando de provocar la muerte del pulgón o producir algún tipo de toxicidad.
En los experimentos de laboratorio todo hacía indicar que el sistema funcionaba porque la planta producía la hormona y el insecto no afectaba al cultivo.
El problema de las condiciones de campo.
Ahora el equipo del Instituto Rothamsted han publicado los resultados en Scientific Reports (acceso libre) de la investigación realizada entre 2012 y 2013, y han visto que los resultados no son tan buenos como los esperados.
Los niveles de pulgones que se observaron en el campo fueron bajos; tan bajos que ni siquiera en condiciones normales hubieran necesitado aplicar pesticidas, pero en comparación con los cultivos “normales”, los niveles de infestación por los pulgones no eran estadísticamente significativos y el rendimiento, similar.
Además, se encontraron con otro problema y es que a los 71 días de crecimiento, el trigo alcanza el nivel suficiente para poder protegerse de los pulgones, pero hasta los 71 días, el pulgón podría afectarlo. La solución podría ser simplemente incrementar la producción de feromonas o en lugar de que la liberación fuera continuada, hubiera una liberación en forma de explosión.
Sí, los resultados no son buenos, pero gracias a poder hacer los experimentos en el campo, han logrado comprender completamente el funcionamiento del cultivo.
Por estos motivos, los experimentos en condiciones naturales son muy necesarios. Si te quieres oponer a un cultivo transgénico, hazlo con fundamentos (no funciona, puede afectar a otros cultivos, etc…) pero para ello, permite que se realicen los experimentos de campo. ¿Cómo vas a comprobar el peligro de algo si no te dejan probarlo?
Fuente: Ciencias y Cosas (http://cienciasycosas.com/2015/06/27/por-que-son-necesarios-los-experimentos-de-campo-en-los-transgenicos-y-no-transgenicos/)