Replantar terrenos contaminados por explosivos y hacerlo de forma natural puede convertirse en la mejor alternativa para limpiar y dar una nueva vida a millones de hectáreas infectadas por sustancias tóxicas como el trinitrotolueno (TNT), un compuesto químico explosivo que se ha convertido en uno de los mayores contaminantes militares a nivel mundial en el último siglo.
Para hacerse una idea, sólo en EEUU se calcula que unos 10 millones de hectáreas de tierra militar están contaminadas.
Conscientes de ello, y de la creciente preocupación que suscita su toxicidad para a los sistemas biológicos, un equipo del Centro de Nuevos Productos Agrícolas del Departamento de Biología de la Universidad York, en Reino Unido, ha desentrañado el mecanismo de toxicidad del TNT (trinitotolueno) en las plantas, dando un paso importante para la futura ‘limpieza’ de estos terrenos.
El estudio, publicado en la revista Science, se centra en una enzima clave de la planta, conocida como MDHAR6, que reacciona con el TNT generando un superóxido, una sustancia altamente perjudicial para las células y el suelo que las rodea.
Este descubrimiento revela cómo una nueva mutación en el gen de la MDHAR6 de la planta Arabidopsis thaliana protege de reacciones nocivas con TNT y permite a la planta eliminar esta sustancia del suelo sin apenas sufrir daño.
Es decir, que las plantas que han sido sometidas a una manipulación genética para eliminar esta enzima (además de tener las raíces más largas y hojas espesas, en comparación con otras plantas expuestas a TNT) tienen una mayor tolerancia al TNT y sufren menos daños cuando entran en contacto con el explosivo.
Lo cual abre la posibilidad de un nuevo enfoque en la biotecnología que ayude a replantar terrenos contaminados.
El TNT tiene un impacto significativo en la diversidad de las comunidades microbianas del suelo y el asentamiento de la vegetación.
Cuando el trinitrotolueno detona, el daño no termina ahí, ya que la destrucción continúa extendiéndose incluso después del estadillo. La mayor parte de esta sustancia tóxica se almacena en las raíces de las plantas, impidiendo su crecimiento y desarrollo.
Si se cultiva en zonas infectadas -terrenos que suelen ser que contener minas antiguas, zonas de desechos y de conflicto militar- las partículas de TNT se filtran por debajo de la tierra envenenando el suelo y, por tanto, frenando la vida vegetal.
Esta investigación demuestra que producir plantas resistentes al TNT facilitaría la repoblación y descontaminación de terrenos infructuosos como las zonas militares estadounidenses, o de cualquier otro país como España.
Fuente: El Mundo (http://www.elmundo.es/ciencia/2015/09/09/55e8703ce2704e9a118b459e.html)