El virus del enrollado o rizadura de la hoja del algodonero (Cotton Leaf Curl Virus, CLCV) es un problema que ha impedido maximizar el rendimiento del cultivo de algodón en Pakistán.
Fuentes del Ministerio de Industria Textil de Pakistán señalaron que el Gobierno ha tomado varias medidas para mejorar la producción de algodón. En particular, se están analizando variedades de algodón resistentes al virus CLCV desarrolladas por el Comité Central de Algodón de Pakistán (PCCC) y otras instituciones públicas y privadas. El desarrollo de variedades resistentes al virus CLCV se está llevando a cabo en el marco del Programa de Mejoramiento de la Productividad del Algodón, establecido entre Pakistán y Estados Unidos para fortalecer la investigación y el desarrollo especialmente relacionados con la resistencia a virus en el cultivo de algodón. Las variedades resistentes se están ensayando en diferentes estaciones experimentales, como las de Lasbela y Balochistan, con la colaboración de Universidades locales.
Según las fuentes del Ministerio, también se ha establecido en Multan un instituto especializado en desmote de algodón, con el objetivo de producir fibra de calidad internacional.
La infección por el virus CLCV fue descubierta por primera vez en 1967 en Pakistán y en 1988 comenzó a considerarse una amenaza. Pakistán produjo 2,2 millones de toneladas de algodón en 1991/92, pero debido al ataque generalizado del virus, la producción de algodón se redujo a 1,5 millones de toneladas al año siguiente. Desde entonces, los investigadores combinaron por mejoramiento convencional las características de alto rendimiento y calidad de la fibra con la resistencia al CLCV, y en los últimos diez años se emplearon nuevas variedades con esas características.
Con estas mejoras, la producción volvió a crecer alcanzando las 2,4 millones de toneladas en 2004/05. Sin embargo, el problema no llegó a solucionarse, porque se encontró que todas las variedades de algodón eran susceptibles a una nueva cepa viral, lo que llevó a los investigadores a enfocarse en estrategias alternativas, como la incorporación de genes de resistencia de variedades silvestres e indígenas a través de hibridación interespecífica, así como el uso de la tecnología de RNAi (RNA de interferencia) para el control del virus.
Fuente: ArgenBio (http://www.argenbio.org/index.php?action=notas¬e=6902)