El Departamento británico de medio ambiente, alimentación y asuntos rurales (Defra) le ha concedido al instituto agrícola RothamstedResearch de Inglaterra el permiso para realizar pruebas de campo con semillas transgénicas de la planta Camelina sativa, las cuales tienen un mayor contenido de Omega-3. La modificación genética se ha hecho incorporando genes de algas marinas en las plantas de camelina para aumentar dichos ácidos grasos. La investigación está orientada a hacer de la piscicultura una actividad más sostenible.
El aceite de la camelina es muy adecuado para su uso en la producción de alimentos y tiene sabor y aroma a almendra. Puede llegar a ser más conocido y podría convertirse en el futuro en un importante alimento.
Los investigadores han logrado producir dos ácidos grasos Omega-3 esenciales normalmente obtenidos a partir de aceite de pescado, EPA y DHA, mediante la sustitución de las versiones sintéticas de hasta siete genes de algas marinas.
Los primeros datos fijan que ésta nueva variedad puede producir hasta un 12% de EPA y hasta un 14% de DHA, cifras prácticamente iguales a las que se encuentran en el aceite de pescado. Esta variedad permitiría la reducción de la presión sobre las poblaciones de peces silvestres y hacer la piscicultura más sostenible. Los ácidos grasos Omega-3 son grasas benéficas para el organismo humano, pues disminuyen el riesgo de enfermedades del corazón.
Los ácidos grasos Omega-3 se encuentran muy presentes en pescados como la trucha, el salmón, las sardinas y el atún, así como en algunos mariscos y en las nueces. Dentro de sus beneficios se encuentran la disminución de los triglicéridos y el colesterol, prevención de enfermedades cardiovasculares y un mejor flujo de la sangre.
Fuente: AgroBio (http://www.agrobio.org/fend/index.php?op=YXA9I2NIVmliR2xqWVdOcGIyND0maW09I05UQT0maT0jT0RZeQ==)