Sanu Sibiri, un pequeño agricultor Burkina Faso, empezó a cultivar algodón transgénico en 2009. Cuatro años después, cuenta cómo su vida cambió drásticamente.
“Por primera vez pude recuperar la inversión”, comenta Sanu Sibiri en una gira de productores africanos cerca de Ouagadougou. Sibiri, que cultivó tres hectáreas de algodón resistente a insectos (Bt), dice que los rendimientos han mejorado de 400 kg por hectárea a al menos una tonelada por hectárea.
Este aumento de debe a una combinación de factores: por un lado, el control eficiente de las plagas que más afectan al cultivo, y por otro, los buenos rendimientos de las variedades a las que se les introdujeron los genes de las proteínas Bt.
Gracias a la resistencia a insectos, Sibiri sólo necesita hacer dos aplicaciones de insecticidas por campaña, en lugar de las nueve que requiere el algodón convencional. Las dos aplicaciones son para controlar a otros insectos que también son plaga del algodón en África y que no son controlados por las proteínas Bt.
Burkina Faso es uno de los pocos países africanos que produce algodón transgénico. Empezó a producir algodón convencional hace varias décadas, pero en la década de los 80 las plagas, en especial ciertos lepidópteros, comenzaron a causar estragos en las cosechas. “Las larvas dañaban hasta el 90% del cultivo”, cuenta Sibiri.
Hoy, más de 250.000 pequeños productores de algodón de Burkina Faso ya adoptaron la tecnología Bt, cultivando más de 500.000 hectáreas, lo que representa el 60% del total de algodón del país.
Más allá de Burkina Faso, científicos africanos están trabajando en el desarrollo de variedades de algodón tolerantes a herbicidas. Sudán comercializó algodón Bt en 2012 por primera vez, con altas tasas de adopción. Autoridades en Uganda dicen que su país debería adoptar la tecnología para mejorar la productividad del sector. En Zambia hay preocupación por el daño de las plagas en el cultivo de algodón. Los productores de Kenia dicen estar listos para cultivar algodón Bt..
Fuente: ArgenBio