Más de un año sin avances significativos en el Congreso cumple el proyecto de ley de bioseguridad de vegetales genéticamente modificados (VGM), más conocido como proyecto de transgénicos, al que el gobierno introdujo indicaciones sustitutivas a comienzos de 2011.
A juicio de Patricio Parodi, quien es asesor científico de la Oficina de Estudios y de Políticas Agrarias (Odepa), esta situación ha mantenido frenada la capacidad productiva del agro. Por ello, afirma que ante esta situación el Ministerio de Agricultura busca impulsar la liberalización del cultivo transgénico en Chile y que la iniciativa tenga un avance definitivo en el Congreso.
En ese sentido, desmitifica el polémico tema y recalca la importancia de contar con una legislación que permita la utilización de VGM en el campo chileno. “Hay un experto mundial que dice que para producir transgénicos en un país se necesitan tres P. La primera es de producto, y eso lo tenemos y se les llama eventos. Se ha demostrado que en Chile se pueden cultivar perfectamente. La segunda es de proceso. El proceso es de biorregulación y eso también lo tenemos en Chile. La tercera es de voluntad política y eso es lo que nos ha faltado en el pasado”.
Para avanzar en esto, Parodi señala que es fundamental contar con un consenso al interior del Congreso. De hecho durante los últimos meses se ha reunido con algunos parlamentarios integrantes de las comisiones de Agricultura y Salud para destrabar el proyecto. “Tengo cierto optimismo con los políticos chilenos, son todos gente bien intencionada, pero sí han adquirido un conocimiento erróneo sobre ese tema, sólo hay que mostrarles dónde está la verdad de esta”, agrega.
Y es que a casi un año del término del mandato del presidente Sebastián Piñera, el Minagri pretende agilizar el tema. “Tenemos que tener cosas avanzadas en el primer semestre, esto no se puede seguir dilatando, estamos perdiendo oportunidades y competitividad en el sector”.
“Bipolaridad del agro”
Actualmente, en Chile se permite la producción de semillas genéticamente modificadas para exportación, pero no el consumo de vegetales transgénicos. Esta dicotomía, explica Parodi, no se condice con la evolución del tema a nivel regional y mundial. “Está muy demostrado que estos productos, las mismas plantas y sus semillas y los alimentos que se derivan, son absolutamente inocuos para los seres humanos. Hay entre 2 y 3 trillones de comidas servidas con ingredientes derivados de estas plantas, y efectivamente no ha pasado absolutamente nada”.
De hecho, afirma, la opinión pública mundial ha evolucionado. Parodi explica que hace un par de semanas un reconocido activista contrario a los transgénicos, el británico Mark Lynas, declaró que le ha hecho un flaco favor a la humanidad ya que se dio cuenta que los transgénicos pueden ayudar profundamente a la seguridad alimentaria del mundo.
La realidad de los VGM en el mundo contempla entre los 10 primeros productores a EEUU, segundo Brasil, tercero Argentina, y dentro de los top ten a Uruguay y Paraguay. Es más, en el número 11 se encuentra Bolivia con más de un millón de hectáreas. “Nosotros estamos muy atrás en uso de esta tecnología, no superamos las 40 mil hectáreas, a diferencia de nuestros vecinos que tienen millones de hectáreas”, sostiene el experto.
Según Parodi, las últimas cifras a nivel mundial muestran una superficie de 160 millones de hectáreas, donde hay 15 millones de pequeños agricultores que cultivan cultivos biotecnológicos, por lo cual recalca que el país no debe quedarse rezagado y debe avanzar sin temor hacia la utilización de esta tecnología.
Fuente: Diario Financiero (http://www.df.cl/gobierno-alista-ofensiva-para-reactivar-la-discusion-en-el-congreso-sobre-transgenicos/prontus_df/2013-01-27/205941.html)