Wm Morrison Supermarkets plc, una de las cadenas de supermercados más importantes del Reino Unido ha advertido que cada vez resulta más complicado encontrar alimentos que no contengan ingredientes derivados de cultivos transgénicos e indica que existe el riesgo de que el precio de los alimentos podría subir si se rechazan estos.
Esta es una de las razones por las que la cadena alimentaria ha relajado su política en materia de alimentos genéticamente modificados, es decir, permitir que los productores utilicen piensos transgénicos para alimentar al ganado y las aves que se comercializan posteriormente como alimentos en los supermercados.
La cadena pone como ejemplo que el 70% de la soja que se produce en el mundo, es soja transgénica y este es el principal alimento que utilizan los productores para la alimentación de los animales.
De otro lado, los cultivos transgénicos también representan un beneficio respecto a la productividad de éstos. De acuerdo con el investigador agroalimentario del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Alimentaria), hablando del maíz transgénico Mon 810, indicaba que era un 15% más productivo en aquellas zonas donde hay taladro, un insecto responsable de ser la mayor plaga que ataca al maíz en todo el mundo.
Pero esta postura no es nueva en los supermercados del Reino Unido. La cadena de supermercados Asda fue la primera en tomar la decisión de flexibilizar su postura frente a los alimentos derivados de plantas genéticamente modificadas, o transgénicas.
Fuente: Agro-BIO (http://www.agrobio.org/fend/index.php?op=YXA9I2NIVmliR2xqWVdOcGIyND0maW09I05UQT0maT0jTXpVeA==)