El testimonio más convincente en favor de los cultivos transgénicos es el que prestan millones de agricultores de 29 países que, entre 1996 y 2011, han tomado más de 100 millones de decisiones independientes de plantar y replantar con estos cultivos una superficie acumulada de 1.250 millones de hectáreas, que es un 25 % mayor que la superficie de Estados Unidos o China. La principal y abrumadora razón que justifica la confianza que merece esta tecnología para los agricultores, que tienen auténtica aversión al riesgo, es que este tipo de cultivos reportan beneficios socioeconómicos y medioambientales sustanciales y sostenibles.
En 2011, se alcanzó la cifra récord de 16,7 millones de agricultores productores de cultivos transgénicos, lo que supone un crecimiento del 8 % (1,3 millones) con respecto a 2010. Más del 90% (15 millones) eran pequeños agricultores radicados en países en desarrollo.
No hay nadie más reacio a correr riesgos que un agricultor. En este sentido 7 millones de pequeños agricultores en China y otros 7 millones en la India optaron por sembrar un total de 14,5 millones de hectáreas de algodón resistente a insectos (Bt). Con este tipo de algodón, los agricultores obtuvieron un incremento de renta de hasta 250 dólares por hectárea y redujeron a la mitad el número de aplicaciones de insecticidas y, por consiguiente, su exposición a los plaguicidas.
Fuente: ISAAA (www.isaaa.org)