Los agricultores australianos podrían elevar sus niveles de producción en un 70% para el año 2050 mediante el uso de nuevas tecnologías, incluyendo los organismos genéticamente modificados (GM), según fuentes oficiales del gobierno Australiano.
Australia es el cuarto mayor exportador de trigo, el segundo mayor exportador de carne de vacuno y el tercer mayor exportador de algodón y azúcar. El Estado de Nueva Gales del Sur es el mayor productor de grano y algodón.
«Hay que resolver el tema de la seguridad alimentaria» dijo Mick Keogh, Director Ejecutivo del Instituto Agrícola de Australia, en la conferencia anual de la Asociación de Agricultores de Nueva Gales del Sur, organización agrícola líder en Australia.
La capacidad agrícola de Australia está atrayendo inversiones desde países como China y Qatar, dispuestos a invertir en relación al interés de la seguridad alimentaria.
«Mientras que los agricultores australianos son conocidos por ser innovadores, aquellos con una mayor capacidad para innovar están llevando a cabo un mayor número de actividades innovadoras y logrando así mayor productividad «, dijo Kim Ritman, representante de la Oficina Australiana de Recursos Económicos y Ciencias Agrícolas (ABARES).
Paul Luxton, Gerente General de Syngenta Australia, dijo que todavía hay una oportunidad para maximizar la producción agrícola en Australia a través del uso de distintas tecnologías. «Los agricultores australianos son rápidos para aprender de las nuevas tecnologías con el fin de producir más en menos tierra», dijo Luxton.
«Los cultivos transgénicos formarán parte de las nuevas tecnologías que impulsarán la producción. Ya hemos visto la utilidad y beneficios del algodón transgénico y ahora estamos viendo lo mismo con la canola», dijo.
En enero de 2011, el gobierno australiano autorizó el cultivo de la canola transgénica, también conocida como colza o raps, después de numerosos ensayos llevados a cabo. Este año, sobre el 12% de la superficie total de 1,83 millones de hectáreas fueron sembradas con canola transgénica.
En 1996, el algodón transgénico resistente a insectos fue cultivado comercialmente por primera vez en Australia, después de seis años de pruebas de campo. Esto ha permitido el ahorro para los agricultores australianos en más de 50 millones de dólares australianos en costos en insecticidas.
Fuente: Reuters