De acuerdo con el ministro de Autonomías de Bolivia, Carlos Romero Bonifaz, se está desarrollando un proyecto de Ley de la Revolución Productiva, Comunitaria y Agropecuaria, con la cual se busca el desarrollo productivo agrícola del país y permitirá ampliar la producción de transgénicos, la cual en la actualidad sólo está permitida para soya transgénica. De acuerdo con el funcionario, un comité de bioseguridad decidirá si un alimento o un producto genéticamente modificado contará con la autorización o no para su uso y comercialización. Además, sostuvo que el Gobierno está «consciente de que la producción orgánica no es suficiente para garantizar el abastecimiento interno y los excedentes de exportación» de alimentos que Bolivia desea.
El proyecto de Ley de Revolución Productiva, Comunitaria y Agropecuaria, que es impulsado por el Gobierno, en sus artículos 15 y 19, establece la regulación del uso de los organismos genéticamente modificados.
El numeral tres del artículo 15 establece que “No se introducirán en el país paquetes tecnológicos agrícolas que involucren semillas genéticamente modificadas de especies de las que Bolivia es centro de origen (…)”. El numeral cuatro de ese mismo artículo sostiene que todo producto destinado al consumo humano “obligatoriamente deberá estar debidamente identificado e indicar esta condición”. Asimismo, el numeral cinco del artículo 19 dice que “se establecerán disposiciones para el control de la producción, importación y comercialización de productos genéticamente modificados”.
De acuerdo con Demetrio Pérez, presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), los productores avícolas, de porcinos o de ganado bovino contarían con alimentos a bajo precio que utilizan para su ganado, lo que repercutiría en la rebaja de los precios de sus productos.
“En todo caso, mientras más oferta haya los precios de los alimentos también podrían bajar. La diferencia que tengamos en el costo de producción de 500 dólares para obtener un rendimiento promedio de cuatro toneladas (por hectárea) y con los productos transgénicos seguramente lograríamos siete toneladas”, afirmó.
Pérez explicó que la rebaja en los precios de los alimentos no sólo se daría por el aumento en la oferta de soya o maíz, sino también porque bajarían los costos de producción en el uso de fungicidas para mitigar los efectos de las plagas y el menor uso de la cantidad de diesel.
“Las semillas transgénicas protegen de la sequía, enfermedades o por inundaciones, como el maíz, que es amenazado por los cogolleros (que es una plaga), pero con la nueva tecnología habrá mayor resistencia”. Y agregó “Es importante la norma porque nos permitirá ser más competitivos en nuestra producción, considerando que Bolivia tiene que estar preparada para los fenómenos del cambio climático».
Por su parte, el ministro Carlos Romero, aseveró que Bolivia explota solo tres de las 18 millones de hectáreas que posee con «vocación agrícola» y con la nueva normativa pretende subir su producción para el mercado internacional en medio de la crisis alimentaria.
Según el viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez, el uso de las semillas transgénicas se reglamentará una vez el Órgano Ejecutivo promulgue la Ley de la Revolución Productiva, el 21 de junio.
Fuente: AgroBIO Colombia