Actualmente en Chile se tramita el Proyecto de Ley del «Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales» (acceso a UPOV 91) y al mismo tiempo, de forma separada, se tramita el proyecto de ley que regula el uso de cultivos genéticamente modificados en el país, conocido como proyecto de bioseguridad de Organismos Vegetales Modificados.
Algunos grupos, principalmente activistas anti-transgénicos y agrupaciones de pequeños agricultores, reclaman que la aprobación del proyecto relacionado a UPOV 91 permitiría el uso de transgénicos en el país, y además han manifestado su preocupación por el costo que esto podría significar para los agricultores pequeños.
La realidad es que ambos proyectos no tienen absolutamente ninguna relación. El Convenio UPOV existe desde el año 1961 y el presente proyecto de Ley del «Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales» tiene por artículo único aprobar la adhesión de Chile al Acta del año 1991, recalcando que Chile es miembro de UPOV hace 15 años.
Por su parte, el proyecto de bioseguridad de Organismos Vegetales Modificados en tramitación nace de una moción parlamentaria en el año 2006, y el ejecutivo ha reactivado el tema enviando una indicación sustitutiva al mismo, cuyo objetivo es regular el uso de vegetales genéticamente modificados. No están relacionados en nada.
Chile ya es miembro de UPOV 78, las variedades se protegen de acuerdo a la Ley 19.342 del año 1996 y los cambios que se requieren para adherir a UPOV 91 no conllevan la posibilidad de un aumento en los costos para los pequeños agricultores.
Es necesario enfatizar que existen muchas variedades públicas, que son de libre acceso para quien quiera comercializarlas a cualquier título cumpliendo con las condiciones establecidas para el comercio de semillas y plantas de la Ley de Semillas (D.L. 1.764, 1977). Es decisión del agricultor qué tipo de variedad siembra. En el registro de variedades oficialmente descritas del SAG hay 1.770 variedades, de las cuales 700 están protegidas, las cuales a su vez son la base de la agricultura y fruticultura chilena y han permitido a Chile ser líder mundial en rendimientos de cultivos y exportaciones frutícolas, siendo por lejos los principales beneficiados con estos atributos la agricultura y los agricultores chilenos, incluyendo a los pequeños agricultores.
Las modificaciones del Acta de UPOV 91 tienen por objetivo mejorar las condiciones en que un obtentor protege y resguarda su creación. No establece condiciones que signifiquen mayores pagos por parte de los agricultores.
Por su lado, la regulación de los transgénicos en Chile está siendo tramitada en otro proyecto de Ley. La autorización o rechazo de los cultivos genéticamente modificados en el país dependerá exclusivamente de ese proyecto. Bajo ninguna circunstancia el registro de variedades protegidas del SAG podría permitir la introducción de transgénicos en Chile, que es otra de las desinformaciones recurrentes en relación a este proyecto.
Los principales cambios de UPOV 91 en relación a UPOV 78 son los siguientes:
– Extensión de la Protección al producto de la cosecha, si el obtentor no la pudo ejercer en la semilla o planta (no tiene efecto sobre el costo de los pequeños agricultores).
– UPOV 91 deja libertad a los países para regular el privilegio del agricultor, que es la posibilidad de que los agricultores usen en su propia explotación el producto de la cosecha de variedades protegidas para siembras posteriores (puede significar menores costos para los pequeños agricultores)
– Protección Provisional (No tiene efecto sobre el costo de los pequeños agricultores)
– Extiende el período de protección (15 a 20 años en cultivos y 18 a 25 años en plantas) (No tiene efecto sobre el costo de los pequeños agricultores)
– Concepto de Variedad Esencialmente Derivada (No tiene efectos sobre el costo de los pequeños agricultores)
Fuente: ChileBIO