En 2010 se alcanzó la cifra récord de 15,4 millones de agricultores productores de cultivos genéticamente modificados (GM). Más del 90% (14,4 millones) eran pequeños agricultores radicados en países en vías de desarrollo. Las cifras estimadas de agricultores beneficiarios son conservadoras debido a que los cultivos GM, también conocidos como transgénicos, tienen beneficios indirectos que también alcanzan a los agricultores vecinos que plantan cultivos convencionales.
El número de agricultores de países en desarrollo es un dato contrario a las predicciones de algunos críticos, que antes de que se comercializasen cultivos GM especulaban con la idea de que sólo beneficiarían a los grandes agricultores de los países industrializados. Sin embargo, la experiencia demuestra que, hasta la fecha, la gran mayoría de los agricultores beneficiarios son pequeños productores de países en desarrollo. Es probable que esta tendencia todavía se acentúe en el futuro, ya que la mayor parte del crecimiento se producirá en los países en desarrollo.
En 2010, los pequeños agricultores productores de cultivos GM fueron principalmente de los siguientes países: 6,5 millones de China, que cultivan una media de tan sólo 0,6 hectáreas de algodón Bt (resistente a insectos); 6,3 millones de la India; 0,6 millones en Pakistán; 0,4 millones en Myanmar; más de un cuarto de millón en Filipinas; casi 100.000 en Burkina Faso; y los 200.000 restantes se reparten entre los otros 13 países en desarrollo que producen cultivos transgénicos. Más aún, estas cifras estimadas de agricultores beneficiarios son conservadoras, porque algunos estudios realizados en China indican que otros 10 millones de agricultores que plantan cultivos distintos del algodón Bt, pero que están infestados por la misma plaga de orugas, obtienen beneficios indirectos de la proximidad del Bt, que reduce los niveles de infestación (hasta en un 90%) en cultivos convencionales como el maíz y la soja. Por tanto, habría otros 10 millones de pequeños agricultores en China que son beneficiarios secundarios del algodón Bt.
Estos beneficios indirectos observados en China se condicen con los resultados de un estudio estadounidense que determinó que los agricultores que plantaron maíz Bt (resistente a insectos) entre 1996 y 2009 obtuvieron beneficios valorados en 2.600 millones de dólares, mientras que los beneficios indirectos obtenidos por los agricultores productores de maíz convencional de la misma zona fueron un 65 % mayores (4.300 millones de dólares) gracias al efecto reductor de las infestaciones de plagas del Bt.
Fuente: ISAAA