En el marco del seminario “Evaluación de riesgo de los organismos genéticamente modificados” celebrado en Bruselas el pasado 12 de enero, el comisario europeo de Sanidad y Consumo, John Dalli, defendió la transparencia ante los transgénicos e instó a las compañías a seguir trabajando activamente en esta línea. Además, subrayó que la seguridad es una de sus prioridades y que la evaluación de riesgos se está llevando a cabo de la forma más exhaustiva y basándose totalmente en la ciencia.
“Estoy seguro de que todos los presentes están de acuerdo en que la evaluación de riesgos sólo puede estar basada en la ciencia. Garantizar la seguridad es una de mis prioridades, y vamos a seguir garantizándola sin dejar de escuchar a los consumidores”, afirmó Dalli.
En esta línea el comisario explicó que el nuevo reglamento de evaluación de riesgos sobre transgénicos, que se espera se adopte en los próximos meses, ha sido elaborado en primera instancia por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), y en segunda instancia por la Comisión Europea en estrecha colaboración con los Estados miembros.
La estrategia de este nuevo reglamento toma como punto de partida la “comparación minuciosa entre lo transgénico y lo convencional para identificar las diferencias obtenidas a través de la modificación genética, para así poder estudiar estas diferencias en base a posibles riesgos de alergenicidad, toxicidad, o aspectos nutricionales”, matizó.
John Dalli también quiso resaltar la importancia de ofrecer la máxima transparencia en todos los temas relacionados con los transgénicos. “Las compañías deben seguir trabajando en la transparencia y en ofrecer un acceso libre a cualquier dato” relacionado con estas modificaciones genéticas.
Sobre la disponibilidad de los datos, el comisario quiso dejar claro que la legislación actual limita “al mínimo la información que puede ser considerada confidencial. Obviamente los evaluadores y gestores de riesgos de los 27 Estados miembros siempre tienen acceso a toda la información desde que da comienzo la fase de evaluación de riesgos”.
Así, concluyó que todavía se debe trabajar “en mejorar la transparencia y el diálogo entre todos” sin olvidar que la seguridad de los transgénicos es una de las prioridades en la Unión Europea, comunidad cuyos controles son considerados los más estrictos de todo el mundo.
Fuente: Fundación Antama