El último caso ha sido una parcela de un agricultor en el municipio de Torroella de Montgrí en Girona en la que en contra de lo declarado por el grupo ecologista, no se estaba realizando ningún ensayo con eventos experimentales transgénicos. Este agricultor tuvo la mala suerte de aparecer en la lista difundida por Amigos de la Tierra en la que aportaba la localización exacta de las parcelas donde supuestamente se iban a realizar ensayos autorizados con cultivos transgénicos y que le fue aportada por el Ministerio Español de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
La organización responsable fue el grupo ecologista francés “Segadores Voluntarios” (Faucheurs Volontaires) quien ha promovió un acto contra los cultivos genéticamente modificados (GM) aprovechando un concentración convocada por organizaciones españolas en la provincia de Girona. Ecologistas en Acción ha afirmado que no ha participado en ello pero que lo apoya. Por otro lado, la empresa de semillas Syngenta ha aclarado que, al contrario de lo que afirma de forma reiterada Ecologistas en Acción, ni el campo era propiedad de esta empresa ni había ningún cultivo transgénico suyo en la parcela destruida.
El pasado mes de mayo, en España, tras la publicación por parte de esta organización ecologista de la ubicación exacta de parcelas de ensayo en los medios de comunicación, la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE) advertía del riesgo que esta información tenía para los trabajadores de las empresas y para numerosos agricultores que nada tienen que ver con las empresas de semillas. Una advertencia que finalmente ha demostrado ser fundada.
ANOVE ha vuelto a recordar la necesidad de ser cautelosos a la hora de distribuir información privada ya que un uso mal intencionado de la misma, como ha sido el caso, puede generar perjuicios económicos importantes y riesgos para la propia seguridad los ciudadanos que, como en este caso, ejercen su derecho a desarrollar su actividad profesional con el total cumplimiento de la legalidad vigente. Su Secretario General, Antonio Villarroel ha defendido firmemente el derecho a la información, pero rechaza la forma en que algunas importantes asociaciones ecologistas hacen uso de ella intentando coartar el derecho de las empresas y de los agricultores a utilizar tecnologías aprobadas en el ámbito europeo y por las que ya han apostado 14 millones de agricultores en todo el mundo.
Estas acciones pretenden desprestigiar la Biotecnología agrícola haciendo que la sociedad vea en ella un acto ilícito y una amenaza tanto para el medio ambiente como para el propio ser humano, argumentos que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), a través de su panel de científicos independientes, ha rechazado de forma reiterada.
Además, demandan que la administración responsable adopte las acciones correspondientes contra las organizaciones y un mayor control a la hora de proporcionar información que año tras año se demuestra es utilizada para atentar contra la libertad de las personas y contra sus propiedades, independientemente de las acciones legales que desde ANOVE ya se han puesto en marcha contra los protagonistas de los hechos denunciados.
Por otro lado ANOVE manifiesta su enérgica repulsa por el intento de estas organizaciones ecologistas de coaccionar mediante actos vandálicos a personas y empresas con el objetivo de imponer sus propias ideas, una forma de actuar que no debe ser permitida en un estado de derecho como el español.
Fuente: http://fundacion-antama.org/wp-content/uploads/2010/07/20100714-NP-ANTAMA-segadores-voluntarios.pdf